Calle Ayacucho

Calle histórica

Es la continuación de la calle Lizardo Montero, a partir de la avenida Arequipa, para terminar luego de cuatro cuadras de recorrido en la Huaca Pucllana. La importancia de Ayacucho en la Historia del Perú, se inicia a partir de los 20,000 años A.C. aproximadamente, con la presencia de grupos humanos en la cueva de Pikimachay, posteriormente, en el período formativo, entre 1,000 A.C. y los primeros años de nuestra era, se asentaron grupos humanos en Wichqana, Chupas, y Rancha y entre los 250 y 500 D.C., se desarrolló el primer Imperio Andino «Wari», que se extendió desde Ayacucho (su capital) hacia el norte y sur del actual Perú. La capital, Wari, fue un gran centro urbano. Después del ocaso de este Imperio, nace el Estado Regional «Chanka». Posteriormente esta región fue conquistada por los Inkas. Ellos erigieron un centro administrativo de gran importancia en Vilcashuaman.

En la época del Imperio del Tawantinsuyo, el Inka Wiracocha, a quien se le atribuye la frase Huamanga, quiere decir «Hartate Halcón», conquistó la región tras una serie de feroces combates que culminaron con el exterminio de los Chancas. Se dice que el Inka en persona se trasladó a esta región para combatir a los rebeldes y fue tal la mortandad que causaron que le dieron el nombre de Ayacucho, que significa «Rincón de los Muertos».

Concretada la invasión española a nuestro territorio, fundan una ciudad entre Lima y Cuzco, el 29 de enero del año de 1535 con el nombre de «San Juan de la Frontera de Guamanga”, en el lugar que actualmente ocupa el distrito de Huamanguilla. Esta primera fundación fue trasladada al lugar que actualmente ocupa, llamado «Pukaray», este hecho se produjo el 25 de abril de 1542 entre las huestes de Almagro el Mozo y Vaca de Castro, se quiso llamarle «San Juan de la Victoria de Guamanga», pero la ciudad conservó su nombre original y andino Huamanga.

Luego de concretar la Independencia del Perú del dominio del español, el Libertador Simón Bolívar cambió el nombre histórico de la ciudad y de la antigua intendencia llamándolo Ayacucho, como homenaje a la batalla del mismo nombre que se libró en la «Pampa de Ayacucho».