MIRADOR-3

(Historia de la bajada Armendáriz) En esta zona podrás contemplar las pendientes de la bajada Armendáriz plantadas de buganvillas de diferentes colores. Esta enredadera trepadora, nativa de Brasil, nace de un tronco leñoso que tiende a enroscarse, y las delgadas ramas con afiladas espinas y hojas color verde brillante son las que acompañan la topografía de este acantilado, que ahora se pinta de flores multicolores.

La bajada de ‘Armendáriz’ (Miraflores)
El nombre de este emblemático lugar miraflorino, camino casi obligado a la Costa Verde, no viene por el virrey José de Armendáriz, Marqués de Castelfuerte, o por el obispo del Cuzco José Pérez Armendáriz, precursor de la independencia del Perú. Su nombre está asociado a un fundo o chacra que estaba por sus inmediaciones. Hasta hace un siglo se le llamaba “Quebrada de Armendáriz” o “Quebrada de las parras”, por los sembríos de vid de este fundo, colindante con Surco.
El extenso fundo “Armendáriz” comprendió también los terrenos de “Ocharán”, “Leuro” y “Hueso”, ubicados en el actual Miraflores, y su historia se remonta al siglo XVIII cuando, en 1766, don Mateo Ninavilca y don Mariano Morales, mayordomos de la Cofradía de la Parroquia del Cercado, cedieron la propiedad a José García Urbanega. Éste, a su vez, en 1780, legó el fundo a don Francisco Armendáriz (comerciante español de origen vasco, recién llegado al Perú), de allí el nombre de la propiedad. Por testamento, el señor Armendáriz legó, en 1808, la propiedad a su hija doña Josefa Armendáriz. Así, el fundo pasó por algunos propietarios más hasta que, a mediados del siglo XIX, llegó a manos de la familia Porta, siendo su última propietaria, antes de que estos terrenos empezaran a urbanizarse, doña María Adriana Porta y Rescio (1897).