DATOS GENERALES: Esta planta de interior originaria de África es muy resistente y poco exigente. Sus hojas están compuestas por un tallo grueso y foliolos redondos relativamente gruesos de color verde oscuro con un característico brillo. Sus raíces también son gruesas y tanto las raíces como las hojas actúan como órganos de reserva de agua. Las zamioculcas no son muy exigentes en cuanto a la luz y crecen bien incluso en aquellos lugares donde no hay mucha luz natural, pero con suficiente suplemento de luz artificial. Sin embargo, para potenciar un correcto desarrollo, agradece una posición luminosa, pero sin incidencia del sol directo. De esta forma, conseguiremos que los nuevos brotes sean compactos y de color verde oscuro. Los riegos han de ser moderados, dejando secar la tierra entre riego y riego. Durante el invierno es importante reducir los riegos y, al inicio de la primavera, añadiremos abono líquido mensualmente al agua del riego. Tolera perfectamente los ambientes secos, por lo que no requiere pulverizaciones de follaje. La zamioculca crea un sistema de raíces muy voluminosos.