noticias miraflores
Noticias
Día de la Canción Criolla: con valsecito de punta y taco
29.10.2020  
Felipe Pinglo

.- ¡Vayan matando que la noche es joven!
.- ¡La idolatría es símbolo de amor que el culto nos lo da, al ser que tanto adoré y tanto ruego pedí hasta que al fin pude yo vencer”, reza uno de los párrafos del bello vals “Idolatría”.

La pandemia del Coronavirus no hará posible este año celebrar como se merece el Día de la Canción Criolla. Probablemente habrá celebraciones por video conferencias, pero no es igual que bailarse en vivo un valsecito bien acompasado, con salero y hasta con zapateo, para terminar con un rompe y raja. Es decir, por todo lo alto. Pero, no se olvide, guarde el distanciamiento social.

El virus no podrá desaparecer de la memoria las hermosas letras y la música distintiva del vals peruano en sus diferentes interpretaciones. Los criollos celebrarán este 31 de octubre con la nueva normalidad el Día de la Canción Criolla como se merece…con alegría y con esa letra e identificación que caracteriza al valsecito, que por las décadas del 30, 40 y 50 causó admiración en el mundo entero. Y si no que lo diga la Plaza Buenos Aires de los Barrios Altos, antiguo epicentro criollo donde las parejas bailaban emocionadamente.

Hasta el fútbol peruano tiene ritmo de vals. Melodía, elegancia en el desplazamiento, embrujo embriagador y calidad. Los titulares de los periódicos calificaban los triunfos del Seleccionado peruano como a ritmo de vals. Con sentimiento, con compás y con alegría.

Templo del Criollismo

De niño en la casa ubicada en la calle Centro Escolar 481 de los tradicionales Barrios Altos del Cercado de Lima o en la casa de la cuadra 2 del jirón Cahuide en Santa Clara (Ate), veía a mi abuelo Francisco Castillo Pérez bailar alegres valses y polkas en reuniones familiares en las que no podía faltar su hermano Genaro y su cuñado Víctor Arciniega Samamé (“El Gancho”) quién sabe el mejor cajonero peruano de todos los tiempos.

Cuando por A o por B razón fallaban las guitarras, el cajón, las cucharas y las voces se batían de manera especial para superar la ausencia de las cuerdas, pero la jarana criolla se llevaba a cabo sin contratiempos y por un periodo de 3 días. Los dueños de casa de rato en rato iban al corral en busca de gallinas, patos, cuyes, conejos y demás animales domésticos, para el aguadito y demás platillos. Era común escuchar el “vayan matando”.

Casa de “El Gancho”

Felipe Pinglo Alva: el bardo inmortal

La letra de los valses eran verdaderos poemas, que cantaban los asistentes con respeto y admiración. Por supuesto los autores seguían la huella del bardo inmortal Felipe Pinglo Alva, compositor y músico barrioaltino, máximo exponente de la música criolla y autor del vals “El Plebeyo”.

En Mercedarias, rincón de las tradiciones, se reunían los cultores del vals para efectuar competencias en noches de amistad, en las que destacaba la voz de Teófila Ramírez, la melodía del negro Joya que armonizaba con el Cojo Augusto Ballón. En la guitarra el Cholo Nicolás con el Mono Olivo. Se sumaban el gran Pancho Estrada, David Suárez y en el cajón “El Gancho”. Y ni hablar de los Hermanos Ascues…¡qué tales bohemios!.

El vals peruano se difundió en el mundo e identificó al país por su buena letra. Los barrios de Mercedarias, Maravillas, Monserrate, entre otros del Cercado de Lima, eran centros donde se rendía culto al vals.

Gracias a la colaboración de unos familiares, pude acceder a uno de ellos. La casa donde vivió “El Gancho Arciniega”, en la calle Centro Escolar, donde pude recabar excelente material histórico fotográfico de los criollos del ayer, baluartes del vals.

Desde esas canteras el vals se fue irradiando por diferentes barrios limeños, que pronto se constituyeron en peñas (Karamanduka, La Valentina), centros musicales, restaurantes criollos (Sachún, La Palizada, La Casa de Edith) y otros, impulsados por notables compositores y cantantes.

Así, en orden alfabético, podemos citar a notables compositores como Manuel Acosta Ojeda, Alejandro Ayarza, Pedro Bocanegra, Alcides Carreño, Pablo Casas Padilla, Erasmo Díaz, José Escajadillo, Pedro Espinel, Chabuca Granda, Alicia Maguiña, Eduardo Márquez Talledo, Rafael Matallana, Carlos Molina (“Idolatría”), Juan Mosto, Luis Abelardo Núñez, Rafael Otero López, Augusto Polo Campos, Manuel Raygada, Carlos Saco…

Entre las voces que destacaron en el criollismo están María de Jesús Vásquez, Eloísa Angulo, Edith Barr, Lucha Reyes (“Regresa”), Cecilia Barraza, Cecilia Bracamonte, Maritza Rodríguez, Eva Ayllón, “Las Limeñitas”, Luis Abanto Morales, el “Carreta” Jorge Pérez, Rafael Matallana, Arturo “Zambo” Cavero, Manuel Donayre, la familia Vásquez, Los Ardiles y muchos más, entre ellos el periodista “Compadrito” Antonio Andrade A.
Como no recordar a elencos como “Los Morochucos” con Oscar Avilés, “Los Troveros Criollos”, “Los Dávalos, “Los Romanceros”, “Los Trovadores del Norte”, “Los Embajadores Criollos”, el dúo Irma y Oswaldo, entre muchos más. ¡Feliz Día Criollazos del ayer, hoy y siempre! (Julio Alzola Castillo).

EL PLEBEYO
Luis Enrique, El Plebeyo

(Vals )

Felipe Pinglo Alva

La noche cubre ya con su negro crespón
de la ciudad las calles que cruza la gente con pausada acción.
La luz artificial con débil proyección
propicia la penumbra que esconde en su sombra venganza y traición.
Después de laborar, vuelve a su humilde hogar
Luis Enrique, el plebeyo, el hijo del pueblo, el hombre que supo amar.
Y que sufriendo está esta infamante ley
de amar a una aristócrata siendo plebeyo él.
Y que sufriendo está esta infamante ley
de amar a una aristócrata siendo plebeyo él.

Trémulo de emoción, dice así en su canción:
El amor, siendo humano tiene algo de divino,
amar no es un delito porque hasta Dios amó
Y si el cariño es puro y el deseo es sincero
¿Por qué robarnos quieren la fe del corazón?
Mi sangre aunque plebeya, también tiñe de rojo
el alma en que se anida mi incomparable amor.
ella de noble cuna y yo humilde plebeyo,
no es distinta la sangre ni es otro el corazón.
¡Señor por qué los seres no son de igual valor!…

Así en duelo mortal abolengo y pasión
en silenciosa lucha condenarnos suelen a grande dolor
al ver que un querer porque plebeyo es,
delinque si pretende la enguantada mano de fina mujer
El corazón que ve destruido su ideal
reacciona y se refleja en franca rebeldía que cambia su humilde faz.
El plebeyo de ayer es el rebelde de hoy
que por doquier pregona la igualdad en el amor.
El plebeyo de ayer es el rebelde de hoy
que por doquier pregona la igualdad en el amor.

Trémulo de emoción, dice así en su canción:
El amor, siendo humano tiene algo de divino,
amar no es un delito porque hasta Dios amó
Y si el cariño es puro y el deseo es sincero
¿Por qué robarnos quieren la fe del corazón?
Mi sangre aunque plebeya, también tiñe de rojo
el alma en que se anida mi incomparable amor.
ella de noble cuna y yo humilde plebeyo,
no es distinta la sangre ni es otro el corazón.
¡Señor por qué los seres no son de igual valor!…

Miraflores, 29 de octubre de 2020.