En la puerta del horno…
Duele. Es doloroso. Vaya si no va a doler. Tenemos la franja en el pecho. Se trata de nuestro país. Y no es para menos. Ayer tuve una mala espina. Veía exceso de triunfalismo. Demasiado. Cómo si fuéramos a jugar solos. Algunos, colegas que se disfrazaban de hinchas. Quizá sea la modernidad, en mi época no pasaba eso. Quizá ya esté viejo y me molesta ver esas escenas. Payasos en la pantalla entrevistando hinchas. ¿Para eso gastan tanta plata en sus pasajes? Yo creo que primero se es periodista y después hincha, no al revés. Al menos en lo que a nuestra función se refiere.
Y la verdad, es que jugamos mal. No dimos pie en bola. Un primer tiempo deplorable, el peor que haya visto en toda la Eliminatoria. ¿Entraron confiados? ¿Pensarían que Australia era una perita en dulce? Tanto banderazo los habrá confundido, quizás. O será la gitanería de cuando somos banca nos convertimos en punto. Y eso pasó. Preferible es ir de punto y después ser banca. He visto tantos partidos épicos que logramos, al vernos subestimados por nuestros rivales. Este era un partido de vida o muerte. No se lo tomó de esa manera. Hasta se subestimó a Australia que nos devolvió a la realidad.
Ricardo Gareca hizo mucho en estos ocho años de gestión. Y hay que agradecerle. Pero eso no es óbice para no ver sus errores. Los tuvo, no solo ayer, sino en varios partidos que lo ganamos de milagro y eso tapó los errores. Y él lo sabe. Porque es un hombre sensato. Un tipo noble, bueno y con un liderazgo impresionante. Pero tampoco es infalible, es un ser humano, demasiado humano. Esa faena fue un golpe muy duro para él y para su comando técnico. Al menos despareció la argolla de antaño. Y eso juega a su favor. Pero no se puede mandar al sacrificio a Alex Valera en la demasía de los penales. ¿Y Trauco? ¿Zambrano? Acaso no son más trajinados que el bisoño delantero de la selección. Error que se paga caro. Y para eso están los asistentes, para tener sangre fría y hacer la elección correcta.
Lo que molesta es que muchos se le subieron al hombro. Se auparon en él por conveniencia. Le salvó la cabeza a Edwin Oviedo, nefasto ex presidente de la FPF, y el actual que ganó una reelección inmerecida con el apoyo de sus chupes a quienes llevó a pasearse a Qatar en su chárter. De esa manera les pagó los votos. ¿Qué hace Lozano por el fútbol peruano? ¿Cuál es el mérito para que ocupe ese sillón. Hay que ser ciego para no darse cuenta de ello.
Más aun con una prensa blandita, llena de intrusos que ejercen la profesión por pertenecer al Tarjetazo FC. O el temor para hacer preguntas, como esas de “Kínder Garden” en una conferencia de Prensa que lo ve todo el mundo. A ver si los dueños de los canales los capacitan y no hagan papelones en esta clase de conferencias. ¿Considera usted que hizo bien los cambios? ¿Por qué mantuvo a Trauco si no estaba bien por su banda? ¿Por qué no entró Flores en el inicio del segundo tiempo? Hay tantas preguntas que pudieron hacerle. Pero no, poco faltó ponerle el hombro y ser su paño de lágrimas.
Es ocioso hacer un análisis de lo que fue. Se debe hacer una revisión exhaustiva. Una vez me dijo uno que sabe. “No es bueno dirigir tanto un tiempo un equipo. Se peca de injusto porque uno se acostumbra al que le salvó la vida.” Hay que recordar que Ricardo Gareca hizo un buen trabajo con jugadores que militan en el fútbol internacional. Me gustaría verlo – si se queda – dirigiendo una selección del ámbito local. Él, más que entrenador, ha sido un seleccionador. Dirigir a una selección a tiempo completo sería una aventura impresionante en la cual nos puede demostrar todas sus dotes.
Hay muchos que ya cumplieron su ciclo. Necesitamos urgente un recambio, pero sostenido. De a poco. Para muchos chicos la selección es inalcanzable. Y eso no debe suceder. Se esforzarían más. Y los clubes peruanos, sobre todo aquellos que clasifican a la Copa Libertadores o la Copa Sudamericana, no hagan papelones. Que esos dirigentes traigan buenos entrenadores y jugadores extranjeros, no de medio pelo que les quitan el puesto a nuestras canteras y a los técnicos nacionales.
Es momento de reflexionar. Tropezamos de nuevo con la misma piedra. Que nos sirva de lección para levantarnos de esta eliminación dolorosa que la soportaremos varios días y quizá dure semanas. Pero no podemos llorar sobre la lecha derramada. Es de hombres levantarse ante la adversidad y espero ello suceda.
No tiremos por la borda lo conseguido. Estamos a la par de Chile y Colombia de los que nos burlamos. A no comer el postre antes que la sopa. El dolor que siento es tan inmenso como el suyo. Nos habíamos ilusionado tanto.
Escribe: Fernando Jimenez – Director del Diario Todo Sport.
Junio de 2022.