La realización en Paracas de la reciente Conferencia Anual de Ejecutivos (CADE 2019), el más importante foro empresarial y político del país, nos permitió hacer una visita y disfrutar visualmente del encanto y la hermosura de la bahía de Paracas. Pero también recordar el legado histórico que significó el desembarco allí el 8 de setiembre de 1820 de la Expedición Libertadora que encabezó el General San Martín y que luego terminara exitosamente con la Independencia Nacional.
La historia nos relata la impresión que tuviera el General San Martín al observar la presencia bicolor de las parihuanas, aves acuáticas de color blanco con pecho rojo, que posteriormente lo inspiraran para que esos colores fuesen los de nuestra bandera, emblema nacional.
A simple vista la bahía de Paracas es un remanso marino. Daría la impresión de ser una taza de agua, en la que no se sienten las olas. Un trasatlántico se mece en medio del paisaje y el azul marino de las aguas de la bahía se extiende uniforme, por el norte, desde la playa Media Luna hasta Punta Pejerrey, en el sur, comprendiendo aproximadamente 36 km cuadrados.
Han pasado algunas décadas de nuestras últimas visitas a la bahía de Paracas y al Puerto General San Martín. Al retorno, observamos indudablemente algunos cambios originados por el paso de los años, la aparición de condominios residenciales, pero el embrujo de la bahía se mantiene invariable, recreando la vista a los visitantes nacionales y muchos turistas extranjeros.
Por información consultada en archivo, sabemos que el lado sureste de la bahía es un seno que se le conoce con el nombre de la Aguada y hacia el lado suroeste existe otro seno más pequeño, llamado Flamenco o Sequión. La parte oriental y meridional de la bahía de Paracas la forman playas con terrenos interiores arenosos de poca altura; mientras en el lado occidental lo conforman los cerros de la península de Paracas, que se elevan hasta 200 metros de altura.
En el lado nor‑occidental de la bahía está situado el Puerto General San Martín. La costa oriental de la bahía alberga residencias privadas y turísticas, caletas artesanales, centros de maricultura y plantas pesqueras.
Se reconoce a la bahía de Paracas y su zona de influencia como un centro importante de biodiversidad. La mayor diversidad se encuentra en la zona marino-costera, donde algas, artrópodos marinos, aves y peces aportan la mayor diversidad específica. Toda esta singular riqueza biológica está representada principalmente por 23 especies de poliquetos, 11 especies de crustáceos, 5 especies de moluscos, 1 especie de equinodermo, 1 especie de nemertea y 2 especies de otros grupos, como platelmintos y anémonas de mar.
La sección suroeste de la bahía constituye el humedal más importante de la Reserva Nacional de Paracas, esta zona está considerada como un ecosistema que brinda refugio, alimentación y lugar de nidificación a numerosas especies de aves entre las que destacan el flamenco sudamericano o parihuana (Phoenicopterus chilensis), gaviota peruana (Larus belcheri), gaviota gris (Larus modestus), gaviota dominicana (Larus dominicanus), macá grande (Podiceps major), pato cuervo (Phalacrocorax olivaceus), pelícano peruano (Pelecanus thagus), piquero peruano (Sula variegata), playero blanco (Calidris alba), playerito semipalmado (Calidris pusilla), playerito occidental (Calidris mauri), gaviotín elegante (Sterna elegans), chorlo ártico (Pluvialis squatarola), pata amarilla (Tringa melanoleuca), gaviota de franklin (Larus pipixcan), picotijera (Rhynchops nigra), entre otras.
El mundo submarino de la bahía de Paracas muestra un impresionante paisaje y mucha vida, donde los peces e invertebrados son los grupos taxonómicos más representativos. Las especies más abundantes de peces está representada por el pejerrey (Odontesthes regia regia), lisa (Mugil cephalus), anchoveta (Engraulis ringens), pez guitarra (Rhinobatos planiceps), sardina (Sardinops sagax sagax), etc. Los invertebrados entre moluscos y crustáceos se encuentran el Synus cymba, Nassarius gayi, Littorina peruviana, Argopectenpurpuratus, Epatus chilensis, Ocypodegaudichaudii, Pagurus edwardssi, etc.
Las especies de reptiles encontradas en la bahía corresponden a el gekko (Phyllodactylus angustidigitus), la lagartija peruana (Microlophus peruvianus), la tortuga prieta (Chelonia agassizii), la tortuga dorso de cuero (Dermochelys coriacea), entre otras.
Con respecto a los mamíferos marinos destacan las dos especies de lobos marinos, el fino (Arctophoca australis) y el chusco (Otaria flavescens); y a través de la familia de los mustelidos, una especie de carnívoro, la nutria marina o chingungo (Lontra felina).[]También se han registrado la presencia de delfines como el delfín nariz de botella (Tursiops truncatus) que se desplaza para alimentarse desde la boca del río Pisco hasta el muelle El Chaco, el delfín común (Delphinus capensis), el delfín oscuro (Lagenorhynchus obscurus) y la marsopa espinosa (Phocoena spinipinnis), los cuales han sido observados con frecuencia por pescadores y deslizadores de turistas a diferentes horas del día.
Así es la bahía de Paracas orgullo nacional.