Miraflores, 9 de junio de 2023. Las casas del adulto mayor de Miraflores albergan a muchos papás mayores que con actitud optimista y juvenil participan activamente de diversos talleres educativos y recreativos. Su edad biológica es solamente un número. Tres ejemplos de ello son don Antonio De la Puente Trujillo, don Vicente Pasco Ramos y don Juan Núñez Zevallos.

Don Antonio tiene 75 años y tres hijos hombres, siendo desde muy joven un “papá soltero”. Con el apoyo de su madre y hermana, llevó adelante la crianza de Daniel, Miguel y Antonio. En 1995, sufrió la pérdida de la pierna izquierda en un accidente casero. Desde entonces se moviliza gracias al apoyo de un pie ortopédico. Durante su largo tiempo de recuperación y rehabilitación aprendió a hacer singulares tarjetas con flores naturales secas.

“Cuando uno es papá, coloca en primer lugar a sus hijos y anhelamos que no les falte nada. No fue fácil superar una discapacidad, pero lo asumí como un reto. Por eso, deseo que más personas aprendan el mismo arte que yo, el cual imparto en los talleres de la casa Aurora”, refiere don Antonio.

En las casas del adulto mayor de Miraflores también hay espacio para la escritura. Don Vicente Pasco tiene 73 años y cuatro hijos. Desde el 2018 forma parte del grupo de escribidores que todos los viernes se reúnen en la Casa Tovar, junto con otros adultos mayores que tienen como común denominador el anhelo de escribir.

“Me desempeñé como contador público y mis ojos siempre observaron números. Desde hace unos años, las letras me han sonreído y yo he correspondido a esa sonrisa con poemas y narraciones, que junto con otros textos de mis compañeros hemos logrado que sean publicadas”, sostiene don Vicente, vecino de Miraflores y natural de Chiclayo.

A ellos se suma don Juan Núñez, quien acaba de cumplir 99 años de edad y reside hace un año en el distrito. Tiene cinco hijas mujeres (Sandra, María Pía, Pamela, Lorena y Melisa) y cuatro nietos hombres.

“Es un papá super protector y muy trabajador. Además de los talleres de memoria y gimnasia terapéutica, participa de las clases de pintura. En la Casa Tovar ha descubierto este talento que lo ha motivado a pintar unos diez cuadros y en cada uno plasmar paisajes de nuestra añorada y natal Arequipa”, refiere Pamela, su tercera hija.