Hace una semana empezó la construcción del Parque Bicentenario en la quebrada de Armendáriz en Miraflores. En 3.8 hectáreas se instalarán un jardín botánico, veredas y plazas que estarán interconectados con un futuro puente peatonal entre Miraflores y Barranco.
Pero han surgido algunas críticas al proyecto que se deben considerar. Se afirma que se va a plantar cemento sobre una superficie que ahora es verde. Sin embargo, solo el 17% de toda el área a intervenir se va a usar para las veredas y plazas, y el 83% va a quedar con un renovado paisajismo que mejorará la zona.
Además, se afirma que se debe invertir en terrenos públicos abandonados y no en estos que ya tienen áreas verdes. La pregunta es ¿dónde? No hay terrenos municipales para hacer estas inversiones y utilizar el acantilado para crear un área de esparcimiento suena razonable e ingenioso.
También se ha criticado el hecho de que las nuevas construcciones y el futuro puente van a tener un impacto visual adverso.
Las veredas y plazas están por debajo del nivel de la pista y, por lo tanto, difícilmente perceptibles y el puente es una estructura metálica liviana que minimiza su efecto en el paisaje natural.
Se critica el hecho de que el parque no tiene una bajada a la playa, y es verdad. Sin embargo, el municipio de Lima tiene pensado iniciar la construcción de un puente peatonal relativamente cerca y está en los planes de Miraflores hacer veredas que conecten el puente con el parque.
Crear nuevos espacios públicos es crear mejores ciudades y mejor calidad de vida para sus ciudadanos. Utilizar los acantilados para este fin es una forma creativa de lograr este objetivo.
Miraflores, 05 de diciembre de 2020.