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“Machi” Vega: una miraflorina que conquistó con su sazón
04.09.2025  
  • Ana María ganó el concurso Cocinero en Casa de la revista Somos. Su adobo a la limeña fue el plato con el que conquistó al jurado y que ha acompañado cada celebración en su familia.

Miraflores, 4 septiembre del 2025. Ana María “Machi” Vega llegó a Miraflores hace 40 años, cuando se casó y formó su hogar. Aquí crecieron sus tres hijos y sus nietos que disfrutan de las recetas que heredaron de su abuela. Aunque de joven nunca imaginó convertirse en cocinera, fue su suegra quien le enseñó los secretos de la sazón criolla. De esas tardes de observación nació un amor por la cocina que hoy trasciende su casa y se reconoce a nivel nacional.

Su vida laboral también se forjó en el distrito: estudió cosmetología en el Centro Comunal Santa Cruz. Fue en paralelo a esa rutina que empezó a perfeccionar su sazón, preparando recetas típicas para engreír a su familia. Ellos se convirtieron en los primeros jueces de un talento que ella misma no se atribuía. “No me lo creía cuando me decían que cocinaba rico”, recuerda con humildad.

El adobo a la limeña nació de esa complicidad con sus hijas. Cada cumpleaños y reunión familiar llevaba la firma de ese plato, preparado con paciencia y cariño. Por eso una de sus hijas, desde el Reino Unido, la animó a postular al concurso de la revista Somos, convencida de que el secreto familiar merecía darse a conocer. Lo que inició como un gesto de amor terminó en un reconocimiento nacional que hoy llena de orgullo a toda su familia.

“Machi” Vega también encontró en Miraflores un espacio para seguir creciendo y compartir con otros adultos mayores. Desde hace algunos años asiste a la Casa del Adulto Mayor Tovar, donde aprendió macramé y disfrutó de talleres de baile. “Para mí es fabuloso porque nos mantiene activos y con alegría. Los talleres tienen un costo accesible y podemos elegir entre varias actividades. Yo me siento muy agradecida con el municipio”, comenta.

El reciente premio que recibió en una emotiva ceremonia organizada por la revista Somos confirma lo que su familia sabía desde hace tiempo: que su adobo a la limeña es mucho más que un plato, es un símbolo de amor y unión. Hoy Machi sigue cocinando con la misma dedicación, orgullosa de que su sazón forme parte de la tradición gastronómica peruana.

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